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  • El enfoque

    El enfoque de nuestra fe es la persona de Jesucristo.  Otras religiones ofrecen promesas de cómo mejorarte a ti mismo.  Dicen, "Estas son las reglas que te pondrán en el favor de Dios" o "Nuestros principios te harán feliz".  El cristianismo, por el contrario, es el mensaje de trabajo ya realizado.  Lo que nuestros propios esfuerzos no pueden hacer por nosotros, la Biblia dice: "Dios lo hizo enviando a su propio Hijo" (Romanos 8:3).  Creemos que la vida perfecta de Jesús, su misma muerte y su resurrección (que desafía al pecado y que derrota al diablo) ya son regalos gratuitos que Dios da a todos los que creen en él.  Llamamos a estas buenas noticias "el evangelio", y es el centro de nuestro mensaje.

  • Las Sagradas Escrituras

    Creemos que Dios se revela en la Palabra escrita.  Con una autoría que abarca 1500 años y más de 150 autores humanos, el mensaje de la Biblia es milagrosamente claro y consistente.  Esto se debe a que fue escrito, palabra por palabra en el original hebreo y griego, por Dios mismo (2 Pedro 1:21).  En lugar de ser "un producto de su tiempo" o algún tipo de comentario extendido sobre una verdad vagamente discernible, creemos que la Palabra misma es verdad (Juan 17:17).  Se aplica a todas las personas de todos los tiempos.  Aborrecemos la tergiversación de palabras o el recorte de contextos, y trabajamos para entender las Escrituras de la misma manera en que están escritas.

  • Dios el Padre y la creación

    Creemos que Dios es trino, o tres personas en un solo Dios.  Dejamos como un misterio profundo cómo puede ser la verdad.  La primera persona de la Trinidad se llama "Dios Padre" y está fuertemente asociada con la creación y preservación del universo.  Creemos que Dios creó todo lo que existe en seis días de 24 horas al comienzo de los tiempos (Génesis 1, Éxodo 20:11).  Desde entonces, ha seguido guiando y preservando su creación a través de medios naturales y milagrosos.  Envia la lluvia sobre los creyentes y no creyentes (Mateo 5:45), con el objetivo final de que la creación continue hasta que cada alma que se ha rescatado llegaría a la fe (Hechos 17:27).

  • Dios el Hijo y la redención

    También creemos en la segunda persona de la Trinidad, que también es Dios desde la eternidad, a través de la cual nació el universo (Colosenses 1:16, Juan 1:3).  Con el tiempo, debido al pecado humano, asumió nuestra naturaleza humana.  Se hizo hombre, completa e irreversiblemente, al nacer de una virgen en Belén (Lucas 2).  Hizo esto para poder vencer la corrupción (el pecado) que había sometido a los humanos desde nuestra caída de Dios al principio de la creación (Génesis 2-3).  Como ser humano, cumplió con las expectativas de Dios para la humanidad.  Él era la persona que ninguno de nosotros podría ser.  Y habiendo vivido una vida perfecta, también murió, antes de levantarse de entre los muertos tres días después.  Él murió (primero) porque le pusieron el castigo del pecado humano como sustituto de la humanidad (Isaías 53: 5), y (segundo) porque nosotros mismos pasaremos por la muerte, y su resurreción es una señal y promesa de Dios de que nosotros también seremos resucitados (1 Corintios 15).

  • Dios el Espíritu y la sanctificación

    También creemos en la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, que flotó sobre las aguas mientras se creaba el universo (Génesis 1:2).  Las Escrituras lo llaman "Consejero" y "Consolador", y es muy identificado con la conversión a la fe y la preservación de fe para los creyentes.  Un actor invisible que acompaña a la Palabra donde sea que se comparte, el crecimiento de la Iglesia siempre fue obra suya.  En la vida de los individuos, él es responsable también para el crecimiento de la fe (Gálatas 5:22).  Él no llama la atención sobre sí mismo, sino que lleva a todos a Dios el Hijo (1 Corintios 12:3).  Creemos que la presencia del Espíritu Santo se identifica por la presencia de la Palabra en lugar de experiencias emocionales manifiestas, o glosolalia (hablar en lenguas), u otros signos externos.

  • La iglesia

    Creemos en la iglesia cristiana invisible, que es la comunión de todos los creyentes en Cristo en todo el mundo y en todos los tiempos.  Esta iglesia es definida y conocida solo por Dios, quien puede leer los corazones humanos (1 Samuel 16:7).  Rechazamos todos los intentos de exteriorizar a la invisible iglesia cristiana.  Por otro lado, creemos que la obligación bíblica de las iglesias visibles es conformarse fielmente con la Palabra de Dios y avisar contra aquellos que no lo hacen (Romanos 16:17). Rechazamos cualquier intento de garantizar el carácter de una iglesia visible o de confundirla con la iglesia invisible por medio de una oficina, un nombre, cualquier tipo de gobierno, o por cualquier marcador externo que no sea la presencia y la enseñanza pura de la Palabra de Dios.

  • Los sacramentos

    Aceptamos dos sacramentos: el Santo Bautismo y la Santa Cena.  Definimos la palabra "sacramento" como un acto instituido por Cristo, utilizando un elemento terrenal conectado con la Palabra de Dios, que ofrece el perdón de los pecados, la vida y la salvación.  Los sacramentos son el evangelio hecho visible y tocable.  Dan una justicia real y imputada.  Son efectivos de esta manera, no por el carácter bueno del destinatario o la oficina del celebrante (pastor); son efectivos porque Dios promete sus dones en su Palabra (1 Pedro 3:21, Mateo 26:28).  Reconocemos tanto la necesidad como la promesa de salvación en el bautismo para los bebés.  Reconocemos el cuerpo y la sangre del Señor junto con el pan y el vino en la Santa Cena (1 Corintios 11:27).  Por lo tanto, retenemos la Cena a los no instruidos, a los que no se arrepienten, y a aquellos que se desvían públicamente de las Escrituras (1 Corintios 11).